Esta es una ocasión excelente para trabajar aspectos de la vida diaria y potenciar al mismo tiempo destrezas relacionadas con la motricidad fina.
Y no hay que olvidar lo que se disfruta y también se comparte en la cocina, ese espacio organoléptico por excelencia.
Eso sí, antes de probar los dulces hay que limpiar y esta parte también le gustó mucho a mi Principito!!
Aquí os dejo unas fotos de nuestro rato de trabajo y ocio; por cierto los "panallets" salieron buenísimos.
Os animo a imitarnos. ¡Qué aproveche!